Apesta ser siempre la nota a pie de pagina en la historia de amor de alguien mas. Yo elijo mi propio destino, pero no puedo elegir a quien amar. Y hoy si me cuesta volver a amar a alguien mas, es porque la ultima vez que realmente abrí mi corazón a alguien, se rompió. Y en algún lugar abandone la idea de que merezco volver a sentirme de esa manera otra vez.

1 comentario:

  1. Una vez, una reciente viuda conocedora de mis pasiones me regaló una guitarra que hoy es mi preferida, y que antaño fuera ejecutada por su marido durante unos 40 años.
    El instrumento sufrió el paso del tiempo y los viajes, y supo ser receptor de un abanico de sentimientos que seguramente su dueño le habrá transmitido.
    Y claro, la guitarra es como un libro viejo, de esos que hay que pasar cada página con mucho cuidado de no arrancarla. La madera está añeja, la caja tiene grietas, el clavijero fue reemplazado...
    Pero tanto el tiempo, como las imperfecciones y las historias que encierra hacen de éste un instrumento especial, con un sonido particular y único. Ninguna reluciente guitarra transmite en su sonido la nostalgia, la melancolía, la dulzura y la belleza que tiene ésta.
    A lo que voy, es que mi corazón me gusta que sea como mi guitarra: lleno de magulladuras y reparaciones de emergencia. Porque tengo la sospecha que -así como pasa con el sonido- las heridas ennoblecen al alma, y del dolor se aprende más que de cualquier otra cosa.

    ResponderEliminar